Historia.
El tejido se originó en Manabí. En 1630, el indígena Domingo Chóez conjugó esta materia prima con la forma de sombreros españoles. La actividad toquillera se consolidó en el siglo XVII, cuando bajó la producción de algodón y los europeos empezaron a demandarlo como un sustituto del paño. Los tejedores de Montecristi y Jipijapa se especializaron en la elaboración del sombrero bajo el modelo europeo.
Los sombreros de paja toquilla constituyen a un patrimonio inmaterial de la humanidad, después de que la UNESCO, reunida en París, aprobó su ingreso a la lista, tras haber cumplido en todos los requisitos.
La organización analizó que el tejido constituye un conocimiento artesanal transferido de generación tras generación y como las prácticas vinculadas a su fabricación procuran un sentimiento de identidad, referencia y cohesión social.
Manabí, Santa Elena, Cañar y Azuay se dedican a esta actividad, que anualmente genera ocho millones de dólares por exportaciones. Según las estimaciones del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, existen alrededor de 10 mil toquilleros, aunque únicamente hay 500 registrados de Manabí y entre 200 y 400, en Azuay.
La materia prima que se requiere para su elaboración es la fibra denominada Carludovica Palmata, que pertenece a la familia de las ciclantáceas, un tubérculo o papa similar a la del plátano y que luce como una especie de palmera sin tronco y que al final de sus largos tallos crecen hojas en forma de abanico de la cual se obtiene la conocida paja toquilla. La fibra de paja toquilla se divide en hebras delgadas que se tejen y, de hecho, mientras más delgadas son las tiras, mayor será la calidad del sombrero.
Uno de los requisitos para poseer el patrimonio inmaterial es realizar un plan de salvaguarda, que incluirá una fase de investigación, de transmisión de los saberes y de difusión.
Al momento existe una escuela taller en Cuenca, funciona la Casa del Sombrero y en Montecristi, el Museo del Sombrero.
En estas fiestas cuencanas, en la plaza de san francisco, específicamente en la casa de la Mujer, se pudo visualizar una alta compra de estos lindos sombreros, y de otras artesanías, como aretes, anillo, collares, entre mayor variedad.
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